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Apreciación de la Belleza, desde la mirada de un fotógrafo que colecciona sonrisas


Por Roberto Corona.

Desde el momento que despertamos cada mañana, tenemos la capacidad de percibir distintos estímulos sensoriales que podemos interpretar como positivos o negativos de acuerdo a nuestra mirada del mundo, todo dependerá de nuestro enfoque, si nos enfocamos en aquellos estímulos que nos inspiran, nos producen placer o nos motivan a tomar acción para alcanzar una meta o aprender algo nuevo, podremos fluir con la vida y apreciar su belleza, entregándonos por completo, a lo que el Universo nos regala en cada momento, porque volvemos a recuperar esa capacidad de asombro, como cuando éramos niños…


y somos capaces de entrar en un estado de contemplación absoluto, donde todo parece nuevo ante nuestros ojos y nos sorprende, es allí cuando volvemos a reconocer la belleza en lo cotidiano, comenzamos a distinguir las tonalidades y texturas que parecieran como una explosión de colores que irradian vitalidad, y de repente escuchamos el canto de las aves, o una hermosa melodía que nos invita a bailar como una forma de festejar lo hermoso de la vida, nuestro olfato se hace más agudo y podemos reconocer el perfume de un ser amado, o el rico olor de una comida recién servida, y al mismo tiempo disfrutar de su sabor y luego regalar un abrazo de agradecimiento y sentir de cerca el latido del corazón de otro ser, que por un momento pareció tocar nuestra alma, nos trasladamos al momento presente, y somos nuevamente plenos y conscientes de la esencia infinita de nuestro ser.



Nos miramos al espejo y en vez de criticarnos, nos sonreímos, porque reconocemos la belleza en nosotros mismos, y aprendemos a perdonarnos y a renunciar al resentimiento y la culpa, porque sabemos que nuestro corazón necesita más espacio para albergar amor, paz y felicidad, que nacen de esa fuente infinita del alma, emociones que crecen y se multiplican al compartirlas, es entonces que generamos vínculos significativos, con nuestros seres queridos, cultivando en nuestros hogares, emociones positivas, que facilitan crear entornos más amables, ambientes llenos de armonía y abundancia. 



Y entendemos que el regalo más grande de todos, es la vida misma, y tu sonrisa, un reflejo de la contemplación de belleza del aquí y del ahora, es entonces que somos agradecidos, descubriendo así en la gratitud, la clave de la felicidad.




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